En el camino contrario de los lentes gran angulares tenemos los teleobjetivos. Al incrementar la distancia focal el angulo de cobertura se cierra. Algunos de los teleobjetivos mas habituales son:
Podemos dividir los teleobjetivos en tres grupos
- Teleobjetivos cortos, con focales entre 85 y 135mm, particularmente adecuados para retratos de planos cortos de personas.
- Teleobjetivos estándar, con focales hasta 200mm, y muy habitualmente en forma de zoom del tipo 70-200 o similar, con diferentes luminosidades.
- Superteleobjetivos, por encima de 300mm, muy habituales en fotografía de eventos deportivos y de fauna.
Una forma económica y versátil de ganar distancia focal es utilizar un teleconvertidor, que multiplica por un determinado factor la distancia focal (1,4x, 1,7x, 2x) a costa de perder luminosidad, algo de calidad de imagen e incluso el autofoco. Lo mismo ha sucedido con la llegada de las SLR digitales con sensores más pequeños que un negativo de 35mm, que con su factor de multiplicación han alargado automáticamente los objetivos. También nos obliga a utilizar mayores velocidades de obturación para congelar el movimiento, siendo con frecuencia necesario el uso de un trípode o un monopié.
El efecto visual más evidente en la perspectiva es que los encuadres cerrados de un teleobjetivo nos acercan a los objetos fotografiados, y lo que no es tan obvio, reducen la distancia aparente que hay entre ellos, comprimiendo los planos y haciendo por ejemplo que las curvas parezcan más abruptas. Este efecto es tanto mayor cuanto más esté alineada la toma con los objetos en los diferentes planos. Por el contrario, la convergencia de líneas de los angulares disparados fuera de la horizontal no se produce en este caso,manteniéndose paralelas las líneas que los son en la realidad. Ambas cosas se traducen también en una pérdida de la sensación de profundidad y volumen, que podrá tratar de obtenerse por otros métodos como ya vimos.
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